Implemente los cambios en las rutinas de alimentación a lo largo de 2-3 semanas. Cambios en la alimentación menores pueden dar lugar a desequilibrios en el rebaño, y puede ocasionar más casos de mastitis e incluso un aumento en el conteo de células somáticas (CCS). Los rebaños de alta producción son más sensibles a los cambios en la alimentación. Es preferible hacer el mínimo posible de cambios en las rutinas de alimentación.
La calidad del ensilaje es crucial para garantizar una dieta bien equilibrada que esté basada en forraje de alta calidad con concentraciones moderadas de fibra (alrededor del 30% de FDN o Fibra Detergente Neutro), almidón (22-25%) y <5% total de grasa.
La estructura del rumen es un indicador de desequilibrios en la dieta, como ácido y un consumo excesivo de proteínas y minerales. Un pH bajo en el estómago deriva en una digestión microbiana lenta, mientras que la estructura de rumen baja deriva en un paso más rápido de partículas desde el estómago. Esto significa que entra un mayor volumen de carbohidratos sin digerir en el intestino delgado y después en el grueso y, como consecuencia, se da una alta debilitación.