NTM (Mérito Total Nórdico) es la principal herramienta utilizada para seleccionar la nueva generación de vacas lecheras en la granja de VikingRed Nastaviken.
«Antes de la era de la genómica, buscábamos los mejores toros y los usábamos mucho, pero ahora, cuando elaboramos el plan de selección genética, nuestro análisis es más extenso porque podemos analizar a todas las hembras y utilizar el NTM como guía principal», nos cuenta Christer. «Todo funciona a la perfección con nuestras vacas VikingRed. Son fuertes, muy sanas y de buen mantenimiento. La incidencia de tratamientos es baja, se ordeñan muy bien y además de eso son rojas, un color muy agradable», explica Malin.
Los datos de producción confirman sus palabras: 12,750 kg de ECM con 4.45% de grasa y 3.55% de proteína. «Queremos tener vacas que pasten y produzcan, y además nuestras vacas son muy bonitas», cuenta. Las VikingRed son vacas muy sanas y tienen la mayor producción lechera y sólidos entre las vacas rojas de todo el mundo.
Los análisis genómicos: una decisión de éxito
La familia Ljungqvist estuvo entre las primeras granjas lecheras de Suecia en realizar el análisis genómico de las hembras en 2013. Esta decisión les permitió alcanzar un nuevo nivel con su rebaño. «La información obtenida del análisis genómico de las hembras la utilizo para elaborar el plan de selección genética, que consiste básicamente en inseminar a las hembras de alto NTM con semen sexado. Además, usamos semen de carne para las vacas de bajo NTM», añade Christer.
Con un promedio de NTM 14 en sus vaquillas VikingRed, Christer explica que este número les permite vender el exceso de vaquillas, no solo las de mayor valor en la escala NTM ni tampoco las de menor valor. «Nuestro objetivo es vender vaquillas preñadas. Creemos que es bueno venderlas, lo hemos hecho frecuentemente a diferentes países», nos cuenta. Han exportado vaquillas a Inglaterra, España, Turquía, Italia y Rusia.
Las VikingRed son famosas por su excelente fertilidad y facilidad para el parto, y suelen estar entre las mejores valoradas en los índices locales internacionalmente. «Con la genómica nunca tenemos vacas malas, todas son buenas y algunas son extraordinarias, lo que sube el promedio», dice Christer.