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La colaboración y las mejores vaquillas impulsan el éxito embrionario de VikingRed

El avance genético más rápido y sólido es una de muchas razones por las que VikingGenetics trabaja con la transferencia de embriones a través del programa VikingEmbryo. Sunnagården es uno de los rebaños donantes que impulsan este éxito.

En Suecia hay cinco granjas contratadas que reciben hembras de alto nivel sometidas a pruebas genómicas procedentes de todo el país para cuidarlas y ocuparse de los vaciados de embriones. Una de estas granjas es Sunnagården, en Falköping, Västra Götaland, al sur de Suecia.

Sunnagården, propiedad de Annika Strindgård y Christer Blom, era una explotación lechera con 70 vacas VikingRed hasta hace dos años. Sin embargo, poco después de cerrar la lechería, surgió la oportunidad de convertirse en un centro de donación de embriones.

Hoy forman parte de un gran equipo que colabora estrechamente con VikingGenetics y Växa Sverige, una de las cooperativas miembro de VikingGenetics, en el programa VikingEmbryo. VikingGenetics encuentra novillas de interés en toda Suecia, Annika y Christer cuidan de ellas y Växa lleva a cabo las inseminaciones, los lavados y la entrega de los embriones frescos a los rebaños receptores locales. 

"Trabajar con esto me llena de energía. Lo hacemos juntos en familia para criar la próxima generación de vacas lecheras", dice Annika con una sonrisa. "Me uní a este proyecto por mi gran pasión por la cría", añade.

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Las mejores novillas de Suecia

Hoy en día, Sunnagården tiene 10 novillas VikingRed, todas de unos 12 meses de edad, con excelentes valores genéticos y clasificadas entre las mejores de sus pedigríes. Algunas han sido lavadas una vez, otras dos, y las mejores serán lavadas hasta cuatro veces. El objetivo es tener unos 30 embriones por novilla, pero cuanto más alto sea su valor genético, más embriones producirá.

Las novillas pasan casi un año en Sunnagården, por lo que Annika y las vaquillas tienen mucho tiempo para conocerse. Annika empieza a adiestrarlas para que entren en los corrales sin problemas, donde más tarde serán lavadas. 

"Ellas van a los corrales, toman algo de pienso y vuelven al establo. El objetivo es que se acostumbren y les guste estar allí, sin estrés", explica. 

Annika está convencida de que dejar que las novillas vivan una vida natural resultará en una producción de embriones más sanos, por lo que las deja pastar en el pastizal todos los días durante el verano. Sólo las encierra por la noche para protegerlas de la presencia de lobos.

El día que viene el equipo de lavado es muy emocionante para Annika, tanto que les sirve café y un pan especial "de la suerte" y les prepara el almuerzo. A la hora de almorzar, los técnicos de Växa recogen los embriones frescos y los distribuyen a los rebaños receptores locales

"Todas las partes de este trabajo en equipo son igual de importantes, y estoy muy orgullosa de formar parte de él", concluye Annika.

El arduo trabajo de Annika es uno de los muchos eslabones de la cadena de cooperación que impulsa los programas de cría innovadora de VikingGenetics.

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