Glenn y Sheree Taylor trabajan con 320 vacas en una granja de 134 hectáreas en Drummond, Southland, Nueva Zelanda. Southland tiene desafíos ambientales y legislativos, y los Taylor se centran en la creación de buenas prácticas de agricultura sostenible.
Al igual que muchos ganaderos lecheros, una de las principales preocupaciones de los Taylor es el desperdicio y la percepción de los terneros. Por este motivo, Glenn se esfuerza por reducir el número de terneros en su rebaño. Su objetivo es tomar lo que sería un producto de desecho y usarlo para crear un valioso animal de carne que pueda agregar valor a la cadena de suministro de carne de Nueva Zelanda.