Sofia y Gustav Kämpe comenzaron su negocio lechero, junto con los padres de Gustav, en 2008. En 2015 compraron la granja. Durante este tiempo, construyeron un nuevo establo y aumentaron el tamaño del rebaño de 100 a 200 vacas. Tienen dos hijos, Viggo, de 10 años, e Hilda, de 8.
Los Kämpe manejan la granja entre los dos, aunque Sofia también trabaja como asesora de la comunidad local y es especialista en la reducción de la eutrofización de los ríos, un tema relacionado con la agricultura. Un asesor de VÄXA (la cooperativa sueca y uno de los propietarios de VikingGenetics) los visita de cuatro a cinco veces al año para hablar la estrategia trianual del negocio. “Nuestro objetivo principal es alcanzar los 12.500 kg de EMC (Leche Corregida por Energía) en los próximos tres años. Hemos usado VikingGenetics desde el principio, y cuando aumentamos el rebaño en 2015 todas las vacas que compramos tenían pedigríes de Viking”, relata Sofia.
Para alcanzar su objetivo, han decidido aumentar el NTM (índice de Merito Total Nórdico) en el rebaño ocho unidades por encima del promedio. “Sabemos que es la forma de avanzar, ya que el NTM también tiene en cuenta los rasgos de salud, y el bienestar animal, lo cual es importante para nosotros”, añade.
Los Kämpe someten a pruebas genómicas a todos sus becerros vaquillas, pues es la mejor solución para ellos. “Utilizamos semen X-Vik en nuestro 20% superior y semen de carne (actualmente Angus) para el resto”, comenta.
“Cuando usas una herramienta como la selección genética es importante mantenerse fiel a ella al 100% y utilizar los resultados. Nunca pensamos en familias de vacas, solo miramos el NTM. Hemos podido ver que las vaquillas con un NTM alto también llegan a ser las vacas de mayor producción lechera.” dice Gustav Kämpe