Antes de cambiar su sistema de producción, a la familia Henderson le costaba obtener beneficios. Ahora han hecho el cambio y han aprovechado la mejora de las finanzas para montar otra granja.
La familia Henderson llevaba muchos años dirigiendo una granja tradicional en el norte de Inglaterra, combinando en un principio las instalaciones preparadas para el invierno con el pastoreo estacional. Poco a poco se vieron obligados a alojar a sus vacas en las instalaciones durante todo el año.
Sin embargo, a pesar de lograr un rendimiento físico extraordinario, según Richard Henderson; su hermano, Michael; y sus padres, Chris y Mandy; tenían dificultades para obtener beneficios. Al tener 100 hectáreas (250 acres) y ordeñar 180 Holstein en la granja The Gill Farm, cerca de Carlisle, la familia se dio cuenta de la necesidad de cambiar cuando llegaron a mezclar 10 ingredientes en el vagón mezclador y a utilizar tres toneladas de concentrados por vaca al año.
«También teníamos muchos gastos de contratación para hacer el ensilaje, los controles veterinarios y el escaneo cada dos semanas, y mucho dinero que se destinaba a los piensos y a las ruedas del vagón», dice Richard.
Siguiendo el consejo de su asesor, finalmente optaron por utilizar más pasto, dividir los campos más grandes en potreros y establecer partos en bloques en primavera.